¿Qué es TradFi?
TradFi, abreviatura en inglés de finanzas tradicionales, se refiere al sistema financiero convencional que incluye bancos, bolsas de valores, compañías de seguros y otras instituciones financieras tradicionales. A diferencia de las criptomonedas, opera bajo un control centralizado, en el que los gobiernos, los reguladores y las instituciones financieras supervisan y controlan las transacciones e inversiones.
Puntos claves de TradFi
TradFi se diferencia de las criptomonedas y su equivalente financiero de facto, DeFi (finanzas descentralizadas), en varios aspectos clave.
TradFi está centralizada: todas las actividades están autorizadas y bajo el control de una autoridad central. Los usuarios pueden realizar transacciones de acuerdo con reglas arbitrarias establecidas por esa autoridad y, a diferencia de las reglas de consenso de la red Bitcoin, por ejemplo, estas pueden cambiar en cualquier momento a discreción de la autoridad. Esto también significa que, en muchos casos, una estructura de TradFi contiene un único punto débil y, si se ve comprometida, toda la estructura y sus usuarios se ven afectados.
La regulación de las criptomonedas es un intento continuo de aplicar las reglas de TradFi a las entidades descentralizadas, pero TradFi en sí contiene varias capas de infraestructura regulatoria rígida. Los gobiernos establecen requisitos para las instituciones financieras que, a su vez, establecen las reglas por las que los usuarios pueden interactuar con las entidades de TradFi. Se requiere confianza en todos los niveles, una diferencia clave entre TradFi y las cadenas de bloques públicas como Bitcoin.
TradFi Vs. DeFi
A menudo se contrasta a TradFi con su contraparte criptográfica, las finanzas descentralizadas (DeFi), que utilizan la tecnología blockchain para eliminar intermediarios y brindar a los usuarios control directo sobre sus activos.
Si bien los productos y servicios de DeFi varían enormemente, los usuarios generalmente no necesitan proporcionar una identificación para realizar transacciones y no hay intermediarios que procesen (o se nieguen a procesar) las transacciones. Las redes DeFi siempre están operativas y las transacciones pueden concretarse en segundos; no hay horarios de negociación como en los bancos o los mercados de valores.
DeFi es un fenómeno nuevo y los gobiernos siguen intentando regularlo aplicando algunas iteraciones de las mismas reglas que se utilizan en las tradicionales, con resultados dispares. DeFi tiene sus desventajas y no existe una protección legalmente vinculante para el usuario en caso de que algo salga mal, por ejemplo, al utilizar un intercambio descentralizado (DEX).